lunes, 14 de abril de 2008

EL OLVIDO ESTA LLENO DE MEMORIA


No se olvida porque se quiere, se olvida porque no se recuerda

En muchas de las religiones y libros de autoayuda hacen creer a los hombres y mujeres que una de las soluciones a sus problemas, es “EL OLVIDO” y nada más difícil que olvidar aunque así te lo propongas, ya que el olvido no es un deposito donde se envía lo vivido, y mientras más lo intentes olvidar más presente se tendrá. Es como una operación matemática, que es directamente proporcional.

No existen olvidadores, ya que por fortuna o por desgracias no hay persona con la muy deseada amnesia selectiva, solo los olvidadizos, aquellos que sin voluntad olvidan.

Si meterme en aguas profunda, -a pesar que en estos momentos escribo con la mejor vista que se pueda desear, la de la costa venezolana, con el cielo- mar que es uno solo-, no se porque nos empeñamos en olvidar, si lo vivido, es la base del presente, de tus ideas, de tus pensamientos, por eso disfrutas de tus recuerdos sin pretender olvidar

Como, Mario Benedetti, a través de la poesía, lo hizo en su libro “El olvido esta lleno de memoria”, en el que reflexiona y se inspira trayendo para el disfrute de todos lo mejor de tener recuerdo y para compartir con todos ustedes trascribo uno de ellos:

“ESE GRAN SIMULACRO”

Cada vez que nos dan clases de amnesia
como si nunca hubieran existidolos
combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de amnesia
y nos conminan a borrarla
ebriedad del sufrimientome
convenzo de que mi región
no es la farándula de otros
en mi regiónhay calvarios de ausencia
muñones de porvenir/arrabales de duelo
pero también candores de mosqueta
píenos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde sus huertos
nostalgias inmóviles en un pozo de otoño
sentimientos insoportablemente actuales
que se niegan a morir allá en lo oscuro
el olvido está tan lleno de memoria
que a veces no caben las remembranzas
y hay que tirar rencores por la borda
en el fondo el olvido es un gran simulacro
nadie sabe ni puede/ aunque quiera/ olvidar
un gran simulacro repleto de fantasmas
esos romeros que peregrinaran por el olvido
como si fuese el camino de santiago
el día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite/
los recuerdos atroces y los de maravilla
quebrará los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido.


Él, siempre mi inspirador.

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